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sábado, 29 de enero de 2011

De Invisible a Invencible


El problema más grave que tenemos los seres humanos no es el salir de la esclavitud, sino sacarnos la esclavitud de adentro. El pueblo de Israel salió de Egipto, pero nunca pudo sacar a Egipto de sus corazones. Los demasiados años de esclavitud hipotecaron la libertad de sus mentes y corazones.En estos años he logrado darme cuenta de que cuando una persona no logra sanar su autoestima, nunca podrá servir a Dios con todo su potencial y mucho menos alcanzar su meta en la vida.
Una imagen propia dañada impide que logres tu sueño,y un sueño no cumplido termina convirtiéndose en una pesadilla. Y lo que es peor, solemos mirar a Dios a través de ese filtro. Debido a que  nos sentimos indignos y pensamos que no merecemos nada, por consiguiente tampoco esperamos cosa alguna, aun cuando esta pudiera venir de parte de Dios.
El mundo está repleto de personas invisibles.Están allí, pero no las notamos.El niño que limpia el parabrisas de los automóviles del semáforo cada mañana.El vendedor de periódicos de la siguiente esquina.La señora que limpia las mesas en el centro comercial.Ese matrimonio que llegan casi al filo de la hora y se sientan en el penúltimo asiento de la iglesia.Aquel compañero de la empresa retraído que habla muy poco.Los vemos todos los días, pero no conocemos sus historias,no sabemos nada acerca de sus sueños,sus fracasos,sus logros.Jamás les preguntaremos sobre sus hijos,si es que los tienen.No conocemos nada de ellos ni nos interesa.No sabemos a qué aspiran o que despierta su pasión.No nos importan sus expectativas ni se las preguntaremos nunca.Un día ya no estarán en esa esquina o el semáforo,pero no los echaremos de menos sencillamente porque eran...invisibles.Caminan por nuestras calles van a nuestras iglesias,circulan por las veredas,sin embargo,son invisibles en lo que se relaciona con los afectos,ya que carecen de la atención ajena.Hace algunos años,recuerdo que estuve durante una semana juntando el valor para presentar mi renuncia en una empresa donde había trabajado por casi tres años.No me sentía cómodo con mi salario y estaba seguro de que cuando le dijera a mi jefe que estaba a punto de irme,reconsideraría mi posición.
-Quiero decirle que lamentablemente voy a renunciar-le informé.-Perfecto, si es lo que quieres-me respondió sin siquiera levantar sus ojos del escritorio.
-No se trata de lo que quiera hacer-intenté explicarle-,solo creo que mi trabajo no es bien recompensado.Me refiero a que lo que gano no me alcanza para mis gastos.-Te dije que está bien-señaló ahora levantando la voz y los ojos-,llévate tus cosas personales y vete. Tengo un día muy ocupado.Recuerdo con exactitud lo que sentí aquella vez.Pensé:
¿Ni siquiera me preguntará  por qué quiero irme?¿No tratará de retenerme?¿Es tan fácil reemplazarme?¿O acaso estaba esperando que renunciara?Sin importar lo que fuera,esto me llevaba a una sola conclusión:nadie notaba que yo estaba allí,ni siquiera la persona que me había  contratado.
Por cierto, hay una historia fascinante de tres individuos invisibles que se transformaron en hombres invencibles.
El rey David está sediento,agotado luego de una larga travesía.Y es entonces cuando lanza un suspiro,seguido de un deseo personal:"¡Quien me diera a beber agua del pozo de mis enemigos!"No se trata de una orden caprichosa de un monarca magalómano ,tampoco es una nueva estrategia de batalla.Por eso no la expresa en voz alta.David es un excelente estratega,no un dictador ni un demente que arriesgaría la vida de sus mejores hombres solo para que le busquen agua.Se trata tan solo de un deseo personal formulado luego de un suspiro de cansancio,quizás en soledad dentro de su propia tienda.Sin embargo,hay tres hombres invisibles que están lo suficiente cerca del rey como para oír su suspiro.Ellos saben que David no aprobaría lo que están a punto de hacer,pero tampoco se permiten que su señor tenga sed y ellos no hagan nada al respecto.Así que deciden cometer una locura.Los tres se miran y no hace falta decir nada más.Solo tres hombres al borde de la demencia,que no tienen nada que perder,pueden hacer lo que vas a observar ahora.No te lo pierdas,porque es como ver una película de Rambo peleando solo contra un ejército de vietnamitas.Los tres irrumpen en el campamento a gritos(esa es la palabra que la biblia utiliza"irrumpieron",no nos dice que entraron para llevar a cabo una misión secreta),parecen un tropel de caballos salvajes,mercenarios que van a la cacería humana.Los filisteos no salen de su asombro y ni siquiera atinan a defenderse.Corren despavoridos,suponiendo que David los está atacando con todo su ejército,pero se trata solo de tres locos invisibles.Tres hombres que estuvieron lo suficiente cerca del rey como para no poder hacer caso omiso a su suspiro.Los filisteos no dan crédito a lo que están viendo.Los tres dementes no paran de pelear contra cientos de enemigos que fueron sorprendidos en pijama.No obstante,no vienen por el oro,los caballos o la cabeza de su rey.Vienen a llenar una cantimplora con agua.
Y luego se van como vinieron,sin dejar nada vivo a su paso.Filisteos,permítanme un consejo que no me pidieron:si aprecian sus propias vidas,salgan del camino de estos tres tipos.Son invisibles;fundamentalistas;soldados sin medallas,honores o una posición que cuidar;así que no les importará perder su propia vida en el intento.Por el bien de ustedes,permitan que se lleven el agua.¿Quieren ver una escena más bizarra aun?Esperen para observar la cara de David cuando estos tres se aparecen ante él llenos de sangre,sudados y casi sin aliento,pero con la cantimplora de agua fresca en la mano."Sus deseos son órdenes,señor,dice uno de ellos.David no puede creerlo,se sienta en una roca y los observa en silencio.Los tres ahora tienen miedo,saben que técnicamente no actuaron acatando una orden,solo decidieron complacer un anhelo de su rey,pero esta impertinencia les puede costar la vida.Los tres tratan de cuadrarse,en medio del sudor y la respiración agitada.David entonces estalla en una carcajada.Festeja y se regocija por tener hombres de esa talla,y luego le ofrenda el agua a Dios:"¡Que el Señor me libre de beberla!¡Eso sería como beberme la sangre de hombres que se han jugado la vida!"(2 Samuel 23:17).Entonces todo el campamento aplaude a los tres locos,ya  no son Invisibles,son Invencibles.La crónica militar del ejército de David menciona que nadie jamás pudo igualar a estos tres.Ni siquiera el que luego mataría a dos leones,o el que pelearía solo con un palo contra un egipcio armado.Ni el que mató a ochocientos hombres en una sola ocasión hasta que la espada se le quedaria pegada entre las llagas de su mano.La biblia es clara y recurrente:"Ninguno igualo a estos tres primeros".Ahora,cualquiera que quisiera ingresar en la gran historia de los valientes de David,debía medirse conforme a la nueva marca impuesta por estos tres audaces.Y es que nadie supo estar lo suficiente cerca del rey como para oír su suspiro y salir a complacerlo,aun cuando no hubiera recibido una orden específica.Esa es la clave para abandonar la invisiblilidad y disfrutar de gran estima.
En primer lugar tienes que estar cerca del rey,cerca de tu Señor.Tu determinas la cercanía."Cuando oigas la voz de Dios de manera lejana,adivina quién fue el que se movió".El siempre estará allí,expresando sus suspiros,sus anhelos,y tú debes estar lo suficiente cerca como para oírlo con claridad.   


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